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Pensando, recordando,
incluso añorando,
aquel pedazo de tierra
que teníamos hace años.
Nuestro Isarz, nuestra tierra!
Que un día se vendió
por pocos cuartos. |
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¡Qué días tan buenos!
¡Qué felices ratos
con papá, mamá
y todos mis hermanos!
¿Por qué me acuerdo tanto? |
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Las noches estrelladas
y los días soleados.
Nuestra tierra, nuestra niñez.
¡Qué bien lo pasábamos!
Dormíamos en la paja y
comíamos en el suelo sentados
con cucharas de madera
y con platos de barro. |
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Los pequeños a sus juegos,
los mayores, trabajando.
La siega, la trilla
y más tarde, sembrando.
Los días de trilla,
en las eras los hombres,
canciones y jotas
se oían por todos lados. |
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Eran tiempos sencillos,
Tiempos muy recordados.
¿Qué será de aquella tierra
que todos queremos tanto? |
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Todo aquello pasó,
pero jamás será olvidado.
A mis hijos y mis nietos
muchas veces se lo estoy contando.
Por eso, por todo eso,
me acuerdo tanto. |
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María Lacorte Gazo
14/01/2012 |